Con mucho orgullo les relato mi tercer viaje a Alaska.
Todo inició el viernes 12 de julio en Tijuana, cuando sorpresivamente al llegar al servicio de Castores los operadores me recibieron sonriendo y preguntándome “¿ahora es un grupo pequeño Ioram?” a lo que respondí…. Es que no vamos a Baja California… nos vamos a Alaska, que gusto me dio que me reconocieran por mi nombre!
Después de desembalar las motocicletas y dejarlas listas fue casi de inmediato cuando llegó uno de los pilotos, Luis, por lo que ya juntos nos cruzamos a San Diego para reunirnos con otro piloto, Daniel, quien previamente ya había arribado y de quien ya había recogido su motocicleta también en Castores.
Reunidas tres motocicletas nos juntamos horas después con el último piloto, Fernando, quien había venido rodando desde Cuernavaca con su copiloto y esposa Maru.
Una vez reunidos todos en una tienda de motocicletas en San Diego y después de haber dado las instrucciones arrancamos nuestro viaje a Alaska!
Hicimos 330 kilómetros para llegar al poblado de Ventura, California, dejamos las motocicletas y nos fuimos a cenar a un bar cercano.
Mucha gente creé que en Estados Unidos las carreteras son rectas infinitas, pero solo es cuestión de conocer caminos alternos para darte cuenta de que no es así y para comprobar esto salimos tomando un rico camino #33 lleno de curvas y bonitos paisajes que superó las expectativas del grupo. Un par de horas después pasamos por el poblado Danés de Solvang, el cual fue creado desde 1911 por un grupo de personas de Dinamarca y Alemania. Continuamos nuestro camino por la famosa US1 que es una carretera que se transita junto a la costa del pacífico. Llegamos a comer al bonito poblado de Cambria unas ricas costillas y platillos de puerco y seguimos por la misma ruta con hermosas curvas, acantilados y unos paisajes que cuestan describir por su majestuosidad. Este día arribamos a dormir a Watsonville después de 400 kilómetros de la jornada.
A la mañana siguiente seguimos por la US1 con un poco de bruma y llegamos a la ciudad de San Francisco, directamente a hacer compras en la BMW pero nos encontramos que estaba cerrada en domingo (algo nuevo, ahora cierran los domingos y lunes) y fuimos a la calle Lombard que está considerada la calle más sinuosa del mundo. Bajamos por esas curvas llenas de flores y turistas, tomando fotografías y videos y le dimos un par de vueltas a la ciudad por sus subidas y bajadas pronunciadas para llegar al “The Warf” que es el puerto. En mi record personal, esta es mi sexta vez en este lugar sin conocer el aeropuerto, jijiji. Dejamos las motocicletas estacionadas y fuimos a donde está el submarino y el buque de guerra, en lo que algunos se subían a ellos yo me quedé en los video juegos que estaban a tan solo un costado recordando con nostalgia esos buenos juegos y gastando algunas monedas en ellos. Nos sentamos a disfrutar una rica crema de cangrejo dentro de un pan antes de emprender el camino. Al momento de pasar por el Golden Gate… las emociones se revelaron! Y quisimos pararnos al término de éste en su mirador pero esta vez no nos lo fue permitido ya que solo es para autobuses de turismo. Sin embargo, para nuestra buena fortuna yo conocía otros lugares en donde nos pudimos detener junto al puente para tomar unas buenas fotos y contemplar este coloso que esta vez estaba tapado por la mitad por algunas nubes. Avanzamos un par de kilómetros más para llegar a Petaluma y la sorpresa del día fue quedarnos en el Sheraton. Salimos a cenar unas hamburguesas a In and Out haciendo un total de 200 kilómetros del día de hoy.
Regresamos a la US1 para tomar estas ricas curvas, solo que esta vez encontramos el cielo despejado y un clima un poco más frio…. La temperatura era de 18 grados. En el poblado de Mendocino, Daniel externó que se sentía un poco mal y un par de kilómetros delante nos detuvimos a comer en Fort Bragg y fue donde se puso peor y lo llevamos al hospital para que lo revisaran, entró con temperatura y el cuadro que se veía era un problema en los riñones por las cantidades de orina que sacaba. Le hicieron varios estudios y no le encontraron nada, así es, Nada! por lo que salió del hospital y fuimos al hotel para descansar y analizar la ruta porque no llegaríamos a nuestro destino inicial de Eureka.
Por la mañana vimos que Daniel estaba a un 70% y fue cuando tomamos las motocicletas e hicimos lo que teníamos destinado del día más lo que no hicimos un día anterior. Lo interesante de este trayecto fue cuando nos alejamos de la costa y pasamos por un bosque muy poblado donde los rayos del sol entraban con dificultad y tenía unas curvas geniales. Nos desviamos para pasar por el famoso árbol donde uno puede pasar por en medio con su propio vehículo. Ya cuando uno se incorpora de regreso solo son un par de metros antes de que termine la ruta 1 y se convierta en el camino 101. Continuamos por el parque nacional de Redwood y adelante de Crescent City nos despedimos de California para entrar al estado de Oregon. Varios puentes pasamos y llegamos a Coos Bay. Largos pero efectivos estos 600 kilómetros. Quiero mencionar que el día de hoy encontramos muchas águilas en el camino, quienes nos siguieron mientras transitábamos sobre la US1, impresionante!
A partir de Coos Bay en adelante no conocía y me encontré con varios pueblos pesqueros muy pintorescos que para mi próximo viaje sumaré a los 650 kilómetros que se hicieron el día de hoy, para visitar esta sección de la costa del estado de Oregon que tiene algunas cosas muy bonitas para disfrutar. Desafortunadamente el clima de hoy no fue nada bueno, encontramos desde la mañana de esas lluvias tipo alfileres que no se siente pero que lo moja a uno por completo. El agua entró adentro de nuestros impermeables y así llegamos a nuestro destino, la Ciudad de Seattle ya en el estado de Washington. Lo bueno de los pavimentos de los Estados Unidos es que aunque llueva sigue siendo muy bueno y en ningún momento pierdes la adherencia.
Ya en Seattle vuelves a revivir el tema de las grandes urbes en donde encuentras todo. A este punto le dedicamos dos noches debido a todos los atractivos que uno encuentra como el primer Starbucks del mundo, la fábrica de aviones Boeing, que en su aeropuerto, desde el mes de marzo, ya recibe vuelos comerciales y en el cual aterrizó Marcia, mi copiloto, quien nos acompañaría a partir de este día y en lo que resta del viaje.
Dejando Seattle recorrimos menos de 300 kilómetros para entrar a Canadá y lo hicimos por la frontera de Abbotsford, las personas de la frontera fueron muy amables y hasta nos invitaron a todo el grupo a ingresar de manera conjunta al país lo cual agilizó la revisión de documentos. Ya estando en este maravilloso país llegamos a Chilliwack donde devoramos unas ricas hamburguesas de A&W. Recorrimos un poco más para llegar al pequeño poblado de Hope donde nos instalamos y caminamos un poco por sus calles.
Este fue el día 9 del viaje, recorrimos 650 kilómetros los cuales hicimos, en su mayoría, en un camino dentro de un cañón muy bonito sobre la carretera #1. En medio estaba el rio Fraser y algunas vías donde constantemente pasaron estos gigantes trenes haciendo de la vista una gran maqueta. Así fue como llegamos a Prince George a descansar a uno de los hoteles nuevos de la cadena Marriot. En el estacionamiento nos encontramos una moto que resultó ser de una persona a quien le pasamos la ruta de nuestro viaje y nos acompañó un día más.
En la mañana fuimos directo al Tim Hortons a desayunar rico y antes de salir de Prince George nos encontramos con muchas personas de la calle conocidos como “Homeless” que no están mal vestidos, pero su apariencia no es la mejor y solo se acercan a uno para pedirte dinero para poder comprar alcohol. En fin, nosotros regresamos a las motos y tomamos toda la ruta #16 y unos kilómetros antes de llegar a la intersección de Kitwanga nos encontramos con nuestro primer oso que nos esperó hasta darnos la vuelta y seguirlo unos metros contemplando lo grande y maravilloso que puede ser este animal salvaje. La importancia de esta intersección es la ubicación de un letrero, el cual todo motociclista debe detenerse a contemplar ya que señala el inicio de la ruta #37 también conocida como la “Cassiar Highway”. Nosotros en Meziadine Junction giramos a la izquierda para dirigirnos a Stewat pero no sin antes pasar por el Glaciar Bear, siempre imponente recibiendo a todos los visitantes, así cumplimos casi 700 kilómetros en este día.
Por la mañana vimos que en el sitio tenían una nueva actividad en el poblado y era unos paseos en helicóptero y por la cantidad de 540 dólares nos dieron una vuelta para ver los glaciares desde el cielo; lo que les puedo decir es que aparte de la sensación de volar… el tema de los glaciares desde esta perspectiva te dejan perplejo! son sumamente grandes y hasta el horizonte se ve todos tapados de hielo y nieve. Al bajar de la aeronave tomamos las motos y entramos a Alaska, por el poblado de Hyder, que es el lugar más al sur que tiene el estado número 50 de los Estados unidos. Al pasar a Hyder entramos a una de las tiendas en donde la dueña me reconoció y charlamos un poco. De ahí fuimos al puente en donde se pueden encontrar a los osos cazar sus salmones, pero desafortunadamente habían pocos salmones y los osos no tuvieron hambre este día. Regresamos a nuestras motos y entramos nuevamente a Canadá y sobre la ruta #37 nos detuvimos en unas cabañas a orillas del lago Eddontenajon de nombre The Red Goat para pasar la noche . Antes de dormir algunos tomaron unos kayaks y le dieron a la remada un poco hasta que escucharon a los lobos maullar por lo que decidieron que ya era hora mejor de regresar a sus cabañas, hoy hicimos menos de 400 kilómetros.
Día número 12 del viaje y al salir del hotel tomamos la ruta nuevamente y nos habían advertido del tema de un asesino serial que andaba por el rumbo y si, nos encontramos en la carretera varios investigadores y lugares acordonados (en los próximos días vimos este tema en las noticias todo el tiempo) y así hicimos un par de kilómetros para llegar a Dease Lake en donde nos detuvimos en la única gasolinera establecida en la ruta y desayunamos en la misma, nos encontramos con calcomanías de nuestra primer expedición de hace 4 años atrás. Tomamos ruta nuevamente y pasamos por Jade City para tomar nuestro café gratis y comprar piedras que extraen del área. La ruta #37 se caracteriza por su enorme cantidad de osos, pero mientras más transitábamos en ella no encontrábamos ninguno, pero a tan solo un par de kilómetros antes de terminarla, de entre las hierbas salió corriendo un pequeño oso y rápidamente detuvimos las motos, el osito pasó de regreso, y a los segundos salió su madre en su búsqueda! nosotros seguíamos con las motos apagadas viendo a estos enormes animalitos de la naturaleza en su hábitat a muy pocos metros, en eso, la mamá osó pasó de regreso y nos volteó a ver, en ese momento se comenzó a dirigir a nosotros y antes de darle tiempo de algo encendimos las motocicletas y eso la ahuyentó y seguimos nuestro camino para entrar al estado de Yukón y así llegar a Watson Lake sumando menos de 300 kilómetros de recorrido del día de hoy.
Watson Lake se caracteriza por que tiene el “Bosque de las señalizaciones” y esto data desde 1942 cuando un soldado dejó clavado en un árbol un letrero de la ciudad de donde venía y esto se volvió una costumbre y ahora hay casi 60 mil letreros de personas que han dejado algo de donde vienen, nosotros muy contentos encontramos nuestro cartel y nuestra llanta que dejamos en el 2015, nuestra gorra que dejamos en el 2017 y esta vez colgamos una playera de la Comunidad Discovermoto que todos firmamos. Antes de partir fuimos al centro de visitantes en donde nos dieron un pasaporte y les expliqué a todos que teníamos que buscar los sellos para participar en rifas de onzas de oro que el departamento de turismo regala para incentivar el turismo en el estado de Yukón. Al salir de Watson Lake pasamos a “La Ranchería” en donde hacen unos panes muy ricos, pero nos encontramos con que el lugar ya estaba cerrado y llegamos con mucha hambre a Teslin, comimos en la gasolinera de siempre y la de la caja también me recordó con gusto. Después de comer hicimos los últimos 200 kilómetros del día para llegar a Whitehorse que es la capital de Yukón y ahí pasamos 3 noches.
Este día lo teníamos contemplado para descansar, pero vimos el reporte del tiempo y decidimos tomar nuestras motos y viajar a Alaska por una ruta que no conocía que es la #2 que nos llevaría a Skagway. Antes, en el camino, nos encontramos a la altura de Carcross una laguna de nombre Emerald con unos colores y tonalidades de azules con verde que creímos que estábamos en otro mundo, nos detuvimos varios minutos para contemplar esto y un poco más adelante encontramos un desierto, SI, un desierto con arena que es una valle de dunas. En Carcross estaban festejando su primer festival y todos los habitantes estaban muy contentos de tenernos, pero nosotros tuvimos que continuar porque queríamos llegar a Skagway y así lo hicimos. El camino es sumamente bonito y creo que de los más recomendables del viaje por sus curvas circundando sus kilométricos lagos de colores. Decidimos comer algo de salmón fresco en el puerto en donde encontramos 3 cruceros que estaban anclados y con miles de personas. Esperamos a que las personas regresaran a sus barcos y ahí tuvimos más espacio para hacer nuestras compras. Este lugar solo se dedica a recibir al turismo que trae los barcos. Alrededor de las 18 horas emprendimos nuestro regreso otros 180 kilómetros para llegar a nuestro hotel en Whitehorse sumando el día de hoy 360 kilómetros.
Hoy si fue un día de descanso y Fernando cambió llanta trasera y varios caminamos por todo este poblado que siempre será muy bonito por su río verde esmeralda que pasa con mucha fuerza. Hoy llegó el sobrino de Daniel y todos fuimos por el al aeropuerto para recibirlo. Ese mismo día tomamos las motos para recorrer casi 500 kilómetros hasta Dawson City. En el trayecto nos detuvimos un par de veces para dejar pasar las lluvias y continuar sin mojarnos.
Al día siguiente de nuestro arribo a esta ciudad del “viejo oeste” nos percatamos que la moto de Daniel ya necesitaba, de inmediato, un cambio de llantas y buscamos por todo el pueblo sin tener suerte por lo que tuvimos que pedirla al poblado más cercano y nos fuera enviada por avión. Esto retrasó todos los planes, sin embargo, no hay nada que no se pueda resolver y mientras enviaban la llanta rentaron un automóvil y con él y una motocicleta se llegó al circulo polar ártico a 600 kilómetros de distancia por un camino de tierra.
En espera de la llanta nos dimos a la tarea de conocer cada rincón del pueblo, y fuímos un par de noches a su famoso Casino, donde además de juegos de ruleta, Black Jack entre otros hay un show de Can Can. Durante diferentes horarios un par de cantantes y chicas bellas montan un espectáculo muy divertido al estilo del oeste, todos vestidos de la época dan tremenda variedad.
Una vez que llegó la llanta, nosotros tuvimos que instalarla ya que solo había una persona en el taller que sabía hacerlo y no estaba en el pueblo. Terminamos el tema del neumático y tuvimos que empezar el regreso hacia nuestras casas, la espera de varios días en dicho poblado cambió un poco la logística del viaje. Regresamos a Whitehorse donde tuvimos nuestra cena de despedida y clausura del viaje y dos de los integrantes tuvieron que regresar a casa volando y los demás al día siguiente emprenderíamos el regreso vía terrestre.
El regreso no lo hicimos por la misma ruta y recorrimos la carretera #2 que nos llevó desde Whitehorse hasta un poblado que en realidad es una gasolinera con cabañas de nombre Toad River y ese día fue increíble ver varios osos que se nos cruzaron y los inmensos búfalos que imponían con su grandeza.
Al amanecer tan solo abrimos las puertas de nuestras cabañas y estábamos en un paraíso con una linda laguna y algunas montañas que las nubes tapaban. Seguimos nuestro camino para pasar por Dawson Creek, uno de los puntos más importantes porque ahí se iniciaron los trabajos de la carretera conocida como ALASKA HIGHWAY. Bajamos un poco más y tuvimos un tormentón de aquellos que nos obligó a ponernos el impermeable y así llegar a Hinton para poder dormir rico.
A la mañana siguiente nos metimos al parque nacional de Banff el cual se puede decir que este recorrido es el resumen de todo el viaje por las cosas que ves en él. Lo clásico… Jasper, Lake Louise y Banff y para dormir llegamos hasta Calgary y al día siguiente le hicimos el servicio a las motos y llegamos hasta Lethbridge para dormir cerca de la frontera con Estados Unidos.
Despertamos temprano y cruzamos la frontera de Estados Unidos y avanzamos un poco más para despedirnos de Fernando y Maru quienes ser irían al parque nacional de Yellowstone y después Sturgies y nosotros llegaríamos hasta Las Vegas. Ahí fue donde nos despedimos de todos y terminó el viaje.
Muchas gracias por acompañarnos a esta aventura de Discovermoto!
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