En la Ciudad de México por lo regular de los 365 días que existen en un año, 3 de ellas amanece con lluvia y este día fue uno de los elegidos por la madre naturaleza.
La inusual lluvia del domingo en la mañana NO impidió que 6 miembros de la Comunidad Discovermoto y 9 invitados nos diéramos cita en el Starbucks de costumbre para salir a las 9 en punto para recorrer la ruta prevista, conocida como “Escuelita de Curvas”. En la caseta de Tlalpan se nos unió un chaleco naranja más, con lo que el contingente de 16 motos y 18 personas partimos rumbo a Acatlán de Osorio. Desde el arranque se fijaron las paradas en la ruta que servirían para reagruparnos, y que cada uno pudiera seguir su ritmo entre ellas.
A los pocos kilómetros nos sorprendió una niebla muy cerrada (escasos 3 metros de visibilidad) y unos minutos se le sumó una persistente lluvia, lo que hizo que aminoráramos la marcha, pero con toda la precaución continuamos avanzando a un ritmo muy lento hasta la primera parada (caseta de Cuautla). A partir de allí se empezó a disipar la niebla, aunque la lluvia nos acompañó de forma intermitente hasta la siguiente caseta donde nos volvimos a agrupar. Desde allí seguimos viaje hasta Izucar de Matamoros, ultima parada intermedia y ¡justo antes de comenzar la diversión!
La carretera entre Izucar de Matamoros y Acatlán de Osorio, conocida como “Escuelita de Curvas” hace honor a su nombre, rodeada de un hermoso paisaje árido poblado de candelabros (el típico cactus que nos acompaña en muchas de las carreteras del norte de México). Una hermosa carretera que nos permite practicar el trazado de las curvas, pudiendo intentar mejorar cada una en esa sucesión de giros a izquierda y derecha. Este tramo aumentó un poco el desafío a los pilotos agregando piedras en el asfalto, tramos con mucha grava suelta, tramos con asfalto sin sellar y otros en que el asfalto fue removido pues lo están re-asfaltando…
Todo un desafío que aumentó la apuesta para quienes tomamos la ruta para practicar y mejorar nuestras habilidades sobre la moto.
El conjunto se separó en dos grupos, que recorrieron la “escuelita” a distintos ritmos, pero todos nos encontramos pasadas las 13 horas en la Fonda Margarita en Acatlán adonde disfrutamos los alimentos comentando las anécdotas del recorrido, todos de un excelente humor después de recorrer tan bonita carretera.
Luego de una rica comida emprendimos el regreso hacia la Ciudad de México, también en dos grupos a diferentes pasos.
Esta fue la redacción de la Gabriel Licovich al cual le agradecemos mucho la redacción y la dirección de esta rodada que fue todo un éxito.
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Salida 576 Escuela
