Islandia 2019

Un viaje simplemente fantástico!

Jamás me imaginé que Islandia se podría convertir en uno de mis países favoritos y menos pensar que lo conocería rodando en motocicleta!!!

Casi 3000 kilómetros y 8 días nos llevó, a 8 personas y a mi, conocer y recorrer, de manera circular, esta isla, la primera más grande de Europa con 103 mil kilómetros cuadrados.

 

Este gran viaje inició el 25 de junio en la capital de Islandia, Reykjavík. Siete pilotos más dos copilotos llegaron de diferentes partes de México y Europa para empezar esta aventura.

Partimos del Hotel Marina Downtown, con destino a nuestros primeros puntos, dentro del llamado, “El Círculo Dorado”.

El Círculo Dorado está conformado por 5 lugares y nosotros solo visitamos 3 de ellas que fueron; El Parque Nacional de nombre Pingvellir, hermosas y kilométricas Cascadas llamadas Gullfoss y el muy visitado Geysir, que como lo dice su nombre es un Géiser.

Es importante señalar que ninguna entrada a estas bellezas naturales, al día de hoy, son explotadas mediante algún cobro por entrar, todo está abierto libremente al público, solo existen las famosas tiendas de souvenirs y snacks, por supuesto que ésta es la mejor manera de reclutar dinero para su mantenimiento ya que el merchandising es fabuloso y todo lo quieres comprar o lo compras!

Fue sorprendente para mí ver la cantidad de turistas que recibe Islandia, mis expectativas eran muy limitadas y vaya que estaba equivocada!

 

Las distancias entre poblados son cortas, este primer día recorrimos un poco más de 200 kilómetros de Reykjavík a Hella por donde pasamos por nuestra primer terracería, en un tramo un poco angosto, muy amable por cierto y pasamos por algunos puentecitos. Al llegar al hotel Ioram se metió al sauna, otros se dispusieron a tomar unas bebidas para relajarse y otros nos fuimos a descansar.

 

Despertamos y nos juntamos a desayunar para rodar muy emocionados nuestros siguientes kilómetros con destino a Kirkjubæjarklaustur. Doscientos kilómetros de hermosos paisajes nos deleitaron la pupila. Grandes montañas y planicies cubiertas de muchas tonalidades de verde acompañado de un sinfín de caballos, borregos y corderos. Durante el camino visitamos otras imponentes cascadas, la exposición LAVA y una de las grandes sorpresas del día, la famosa Playa Negra.

La exposición LAVA tiene como objetivo dar nociones básicas sobre la actividad volcánica y tectónica de Islandia de manera dinámica y tecnológica, así mismo retrata mediante un video las explosiones volcánicas que ha tenido a través de los años, como la más reciente de uno de sus volcanes en el 2010, la cual paralizó la actividad aérea de Europa durante varias semanas por la expansión de sus cenizas.

La Playa negra!! Vaya lugar! Así como su nombre lo dice, la playa es totalmente negra, el mar frío y una ola de viento helado y lluvia nos acompañó al estar ahí, sin embargo el lugar es único! esta forma de playa se explica debido a la gran actividad volcánica que yace en la isla.

Terminando de ver estos hermosos lugares nos dirigimos a cenar y resguardarnos del frío.

 

Día 3, Continuamos por la ruta 1 al éste, siendo los glaciares nuestra mejor vista!! Ni el frío nos detuvo para ir hacia un Parque Nacional que tiene el glaciar más grande de Islandia y  que mide el 10% de la isla. Al llegar ahí, unos se introdujeron caminando varios kilómetros para ver el glaciar más de cerca y otros solo lo vimos un poco más de lejos.

Al salir del parque nacional Ioram tomó un camino de terracería que nos arrojó a tener los glaciares más cercanos y tomamos varias fotografías, más adelante encontramos un lugar donde se podían hacer visitas en embarcaciones de aire a los glaciares y todos nos subimos con un guía que nos llevaban lo más cerca posible a ellos. Este tour está totalmente preparado, antes de subir a los botes te equipan perfectamente con chamarras especiales para el frío que flotan y te colocan además un salvavidas por cualquier eventualidad. Así nos lanzamos todos a vivir esta experiencia maravillosa! Nos tomamos fotos, tocamos el agua y pudimos ver muy de cerca los diversos colores que reflejan los glaciares, esto debido a su espesor, tiempo y luz.

Terminando este recorrido tomamos las motocicletas con dirección al hotel pero no sin antes pasar y tomarnos fotos por un puente donde se podía ver más desprendimientos de hielo en medio de canales de agua, del mismo deshiele, que desembocaban al mar.

Finalmente llegamos a cenar y descansar a un hotel a la mitad de la nada, que resultó ser muy acogedor y con una rica cena.

 

Al día siguiente Islandia nos despertó con mucho frío y nuevamente esa lluvia ligera molesta, con neblina que tuvimos hasta Höfn, la ciudad más al sureste de la isla. Cuando salimos de ella pasamos por un túnel y al salir, como magia, el sol nos volvió a calentar y el viento a secarnos. Así nos recibieron los bellos acantilados y los famosos fiordos de esta zona de la isla. (Los Fiordos son canales de agua derretida de los que algún día fueron parte del glaciar y el tiempo los derritió hasta crear estas salidas al mar). Más borregos y más caballos de pelaje grueso seguían nuestro camino. Doscientos kilómetros aproximadamente nos tomó este día para llegar a nuestro destino Fàrskrudsfjördur que es el lugar más alejado de la capital y era un pueblo de pescadores Franceses.

 

Para la mañana siguiente, el frío había cesado un poco y ya desayunados partimos a una nueva experiencia. Tomamos la carretera número 1 nuevamente y en un momento nos desviamos al norte de la isla por el camino 917. Nos lanzamos a la aventura más intrépida para mi, subir la montaña de nombre Heidarhnjukur con varias curvas todo en terracería a lo más al norte de la isla rodando a 2 grados, nieve y barrancos a los lados con solo neblina al frente! Wow! Indescriptible adrenalina! El frío te cala hasta los huesos pero no tienes más opciones… solo seguir y dejar que el mismo camino te lleve a zona segura. Y así fue! Todos salimos perfectos de ahí, lo único que queríamos era un café y un chocolate muy caliente, pero el reto se había logrado! Habíamos tocado lo más arriba de la montaña, donde la vegetación y la fauna habían desaparecido. Finalmente seguimos nuestra ruta del día acompañados del magnífico contraste de paisajes entre nieve, flores moradas y verdes extensiones de tierras que le daban paso a las grandes montañas.

Casi por llegar al pueblo de Raufahöfn, el grupo se dividió, unos se fueron directamente al hotel y solo 3 se lanzaron a tocar el faro más al Norte de Islandia, librando la densa terracería y soportando las bajas temperaturas. Todos juntos por fin en el hotel, cenamos y celebramos.

 

Día 6, el recorrido de ese día sería aproximadamente de unos 300 kilómetros con destino a Akureyri, otra de las ciudades más pobladas de Islandia.

Tomamos las motocicletas recorriendo la carretera 85 y nos llenamos los ojos de verdes valles y montañas con olor a lavanda, encontramos en el camino un museo de automóviles y nos detuvimos para ver algunas reliquias que tenían, entre ellas el coche más antiguo de la isla y después pasamos nuevamente por túneles de 7 kilómetros que alcanzaban a llegar a los 31 grados de temperatura, mismos que el cuerpo agradecía ya que la temperatura promedio en esta época del año es de 12 grados. Al llegar a la ciudad nos pusimos cómodos y nos fuimos a recorrer la pequeña ciudad, comimos en un restaurante típico del lugar de nombre Bautinn y nos dimos un espacio para ir de shopping, había que aprovechar el espacio que quedaba en la maletas!

A la mañana siguiente y ya bien descansados fuimos a conocer el Museo de la motocicleta, el único museo de esta temática en todo Islandia, con un poco más 50 unidades y lo interesante es que dejamos nuestra playera de la Comunidad Discovermoto firmada por todos en las paredes.

 

 

 

Este era ya el penúltimo día, con dirección a Blönduos y por una razón cualquiera una moto no quiso seguir rodando, justo estábamos cargando gasolina en Varmahilò para recorrer los últimos 51 kilómetros del día y llegar al destino final cuando la moto ya no prendió más, su piloto y copiloto habían quedado varados por lo que el guía del grupo, Ioram, se movilizó de inmediato para dar la mejor solución. Ioram se comunicó con el arrendador para informar de lo sucedido y mientras, decidió arrastrar la moto mediante una cuerda. Todo esto fue una hazaña, el piloto se quedó en la moto descompuesta y la copiloto se pasó con otro piloto, durante 11 kilómetros la cuerda resistió perfecto la arrastrada pero tronó, por lo que el plan B se hecho a andar, Ioram empujaría la motocicleta con la pierna, y así fue por 40 kilómetros, el piloto y Ioram se la rifaron excelente! Gran trabajo! Todos los demás pilotos apoyaron empujando la moto con las manos en algún momento donde estaban arreglando el camino y otro más abría paso. Todos y cada uno de los asistentes hicimos un gran trabajo y logramos llegar al hotel del último punto. Thor, el arrendador, nos estaría enviando una moto de remplazo a la mañana siguiente.

Después del estrés de la moto descompuesta nos fuimos a cenar al restaurante B&S para descansar temprano, porque el último día venía pesado.

 

Llegó el día final, a las 8 de la mañana llegó la motocicleta de repuesto y comenzamos nuestros últimos 280 kilómetros para regresar a Reykjavík. Al dejar las motocicletas nos dividimos en dos partes los que iban al hotel a hacer las últimas compras en el centro y otros solicitamos un permiso para dar la última vuelta en moto y nos fuimos a uno de los sitios más visitados en Islandia de nombre Blue Lagoon, son unas piscinas de un azul blanquizco que con la combinación de las piedras volcánicas les da un toque único en todo el mundo. Saliendo de BL nos dirigimos a un lugar especial, a la separación o la unión de las placas tectónicas del continente americano y el europeo. Una vez caminado el puente que une esta división regresamos a dejar las motocicletas y  tomamos un taxi al hotel para cambiarnos e ir a la última cena con todo el grupo en el restaurante más prestigiado de Islandia de nombre Kol. En la cena compartimos todos las buenas experiencias y nos firmamos mapas y postales. Regresamos caminando al hotel y al día siguiente todos regresaron a sus punto de partida.

 

Agradezco mucho a Marcia Calderón por haber redactado todo este blog del viaje a Islandia de Discovermoto.

 

Solo antes de despedirme quiero hacer algunos comentarios… la velocidad máxima en Islandia es de 90 kilómetros por hora y para las motos está permitido ir hasta 110 sin problemas. Las multas pueden llegar a ser de mil euros, ninguno de nosotros tuvimos algún encuentro con la policía afortunadamente. Los estacionamientos y los túneles los pagas vía internet con las matriculas de tus vehículos. La parte del norte de la isla está plagada de caballos, mientras que la parte del sur está infestada de ovejas, mismas que hay que prever porque nunca andan solas y pueden cruzarse repentinamente por tu camino. La gran mayoría de estos animales tienen dueño, pero si encontramos algunos salvajes corriendo por las praderas. Hay más animales que humanos. No existe una amenaza a los animales antes mencionados. La temperatura promedio en verano es de 12 grados. Su verano es de dos meses. La temperatura record contabilizada fue de 22.5 grados. La temperatura en invierno es de 0 grados y puede llegar a menos 10. No encontramos pobreza en ninguna parte de la isla, el gobierno ayuda para que todos tengan trabajo. Islandia está buscando una identidad porque fue parte de Dinamarca por muchos años.

 

Gracias a todos los que conformaron este fantástico viaje!!!!

 

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