El grupo de motociclistas Los Limoncellos contrataron los servicios de Discovermoto para hacer un viaje a las famosas Barrancas del Cobre, en el estado de Chihuahua y para la realización de este magnífico viaje se llevó a cabo la logística que detallo a continuación:
Una semana antes de la partida hacia las Barrancas del Cobre, Discovermoto envió las motocicletas vía transporte terrestre a Chihuahua, mientras que dos días antes del viaje, Ioram Abolnik y Joaquín Vallejo salieron de avanzada en moto para llegar a la ciudad de Chihuahua y recibir las motocicletas. Una vez listas las motocicletas solo esperaron la llegada de los pilotos vía aérea.
Al llegar al hotel todos subimos a nuestras motocicletas e iniciamos nuestro camino. Tomamos la carretera 16 al sur, no más de 10 kilómetros pasando el poblado de Santa Isabel giramos a la izquierda para tomar un hermoso camino lleno de campos de cultivos, pasamos por San Nicolás de las Carretas, San Francisco de Borja y en Nonoava nos detuvimos a cargar combustible. El paisaje fue cambiando y encontramos formaciones de piedras de color gris y blanco por todo el camino. El color de la tierra cambió a rojizo y el cableado de electricidad desapareció. Al pasar por Norogachi giramos a la derecha. Un par de kilómetros más nos encontramos con el camino que dirige a Batopilas, unos 65 kilómetros aproximadamente. Este camino es sin duda uno de los caminos que TOD@S los motociclistas deben de visitar, es lo MÁS sinuoso que tiene México. El pavimento es perfecto, ya que son pocos los vehículos que la transitan. La parte alta está entre 16-18 grados de temperatura y al bajar, ésta llega a subir hasta los 35-37 grados. Si uno se asoma desde arriba puede ver hasta 11 balcones de caminos llenos de curvas. Esta carretera no tiene más de 2 años de haberse construido sin embargo al transitarlo encontramos algunos derrumbes, pero el camino en verdad es de lo mejor que tiene México.
Recomendamos recorrer este trayecto por la tarde, ya que el paisaje que detona la puesta del sol genera hermosas tonalidades de colores que en pocos lugares se dejan ver.
Al llegar a Batopilas dejamos las motos y nos fuimos a cenar a uno de los pocos lugares que hay para comer llamado, Doña Carolina. Dormimos en el hotel Real de Minas, Hotel de Don Martín, el dueño, quien nos recibió con algo de la historia de este pueblo Mágico. En total fueron 398 kilómetros muy bonitos del primer día.
A la mañana siguiente todo fue muy silencioso ya que no pasan vehículos, no hay fábricas y el internet es escaso. Tomamos nuestras motocicletas y recorrimos 8 kilómetros de terracería para llegar a una de las misiones más recónditas de la República Mexicana con nombre de Satevo. Algunos recorrimos 3 kilómetros más para ir al río Urique y mojar nuestras motos.
Antes de salir de Batopilas cargamos combustible con una de las personas que venden este preciado líquido escaso por la zona. Nuevamente salimos a la carretera y giramos a la izquierda para tomar un camino lleno de curvas y entrar a las montañas, quienes nos recibieron con hermosos paisajes. Pasamos por el lago de Arareco y por el pueblo mágico de Creel, donde dimos vuelta para hacer 44 kilómetros a Divisadero. Por este camino uno pasa 3 veces las vías del famoso tren El Chepe.
Al llegar a Divisadero nos dirigimos a nuestro hotel, el cual se localizaba en las orillas de las Barrancas del Cobre y frente a la estación del tren. Cenamos en el mismo hotel y pasamos un momento de risas en la mesa.
En la noche ya en las habitaciones tuvimos el mismo sentimiento que la noche anterior … no se escuchaba nada, todo era paz y relajación.
En la mañana algunos pudimos ser testigos de un magnifico amanecer y ver como cada rayo de luz iniciaba a darle vida a todo este lugar llamado Las Barrancas del Cobre. Quiero hacer mención que éstas son 4 veces el tamaño del Gran Cañón. Entramos al parque de actividades y el teleférico estaba en mantenimiento, solo tenían 3 tirolesas abiertas y la vía ferrata. Esta ultima actividad fue la que algunos hicimos e iniciaba con un rapel de 48 metros, una caminata sobre grapas colocadas en las paredes y sobre cuerdas de acero hasta hacer un salto de “Tarzan” con una cuerda a la mitad de un tiro grande de altura. Fue muy buena la experiencia. (yo que ya había hecho las tirolesas les comento que es mejor la vía ferrata).
Después de mucha diversión tomamos nuestras motos y continuamos nuestro camino a Cuauhtémoc, lugar donde se concentra la mayor población de menonitas en todo México.
Antes del anochecer llegamos a la capital del estado y dejamos las motos en el transporte para enviarlas de regreso a la Ciudad de México. Caída la noche, salimos a cenar y a disfrutar de todas las actividades nocturnas nos ofrecía esta bella ciudad.
Quiero contarles una historia. El segundo día que fuimos por el camino de terracería se le cayó un teléfono iphone 6 a uno de los pilotos y después de buscarlo casi dos horas lo dimos por perdido, esto se lo comentamos al dueño del hotel y nos comentó que lo iba a buscar él personalmente. El teléfono fue encontrado dos días después en perfecto estado, aunque sin las protecciones pero cuando lo enviaron al dueño, éste encontró algunas fotografías y videos de un par de niños raramuris que lo habían encontrado. La verdad es que en México todavía hay gente buena con buenos valores y lindos principios. Somos más buenos que malos y no debemos dejar que esa fuerza negativa corrompa a la positiva.
Gracias a todas las personas que nos acompañaron en este viaje y gracias a BMW Esmeralda por todas las facilidades que nos otorgó a Discovermoto.
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