Dragon Tail III

Tail of the Dragon 2016.

 

Así es como se le nombró al viaje que llevó a cabo Discovermoto el pasado mes de Junio.

Diez pilotos mexicanos, uno de ellos con residencia en Houston, nos reunimos en Austin, Texas, para dar inicio a una vuelta de 4 mil kilómetros en Estados Unidos de Norte América, sin contar con 3 mil kilómetros más, de ida y vuelta de la ciudad de México al país vecino.

Nuestra primer tirada fue de mil kilómetros con dirección al Estado de Tenessee y decidimos hacerlos sin pisar ninguno de los caminos convencionales e interestatales o Highways para disfrutar todos los caminos de una sola vía llenos de árboles, lagos, diversidad de fauna, casas, ranchos y granjas, tan bonitas que solo se pueden imaginar en cuentos de hadas. Después de algunas horas rodando, nos paramos a almorzar en Steak´n Shake, un restaurante muy al estilo americano donde los precios no rebasan los 4 dólares por platillo y además es muy rico. Una vez llenita la panza, largas horas recorridas, varias bebidas ingeridas durante el camino y todos sudados por el fuerte calor llegamos a nuestro primer destino, Memphis, la ciudad de uno de los cantantes más famosos del Rock & Roll en los años 60’s. Ya entrada la tarde- noche y tras una rica ducha para refrescarnos, solo fuimos a cenar para descansar, ya que al amanecer nos esperaba un gran día!

 

DÍA DOS, ya amaneciendo en el Estado de la música y Memphis caracterizándose por ser la cuna de los “blues”, nos dirigimos a nuestra primer atracción turística, “Graceland”, la casa y museo del rey del Rock & Roll, el Señor Elvis Presley. Un tour bastante bien organizado que te lleva a un paseo por la residencia de este gran cantante. Recorres toda la parte inferior conociendo todas sus habitaciones y escuchando, por medio de audífonos que previamente nos habían otorgado, cada detalle de cada uno de sus rincones. Pasamos por la sala, comedor y cuarto de juegos donde se reunía con su familia y amigos, su estudio de grabación donde miles de veces compuso y produjo, su lugar de reconocimientos y premios extraordinarios, su enorme jardín con caballeriza y del otro lado de la calle pudimos observar todos sus vehículos terrestres y el par de aviones que tenía. En esta parada, cabe mencionar, que encontramos la calcomanía de Discovermoto que dejamos en nuestra primer visita aquí, hace ya 4 años.

Después del recorrido fuimos al centro a caminar sobre la famosa calle “Beale” y en una de las esquinas nos metimos a un restaurante típico del lugar para comer y disfrutar de una buena música en vivo. Después de las compras de “souvenirs” tomamos nuestras motos y recorrimos cerca de 400 kilómetros al éste, introduciéndonos entre caminos rurales llenos de vegetación y olor a hierba. Horas más tarde nos alcanzó un poco la noche y con ésta llegaron miles de luciérnagas que alumbraron nuestro camino y así, llegamos a la pequeña población de Lynchburg para descansar.

 

DÍA TRES, iniciando el día fuimos al centro de Lynchburg, un pequeño lugar donde reina la tranquilidad y el olor a whiskey. Para desayunar, entramos 13 personas a una cafetería donde pudimos observar la sorpresa de las empleadas, quienes se pusieron un poco nerviosas para sacar los desayunos de todos, pero al final lo lograron; fue curioso, creo que nunca habían visto tanta gente junta llegar a su pequeño lugar!

Retomando lo del olor a whiskey, el poblado de Lynchburg aparece en el mapa gracias al ya difunto Jack Daniels, ya que ahí se encuentra la Destilería, donde se producen más de 72 millones de botellas de esta bebida alcohólica al año y la cual visitamos después de desayunar y dar una vuelta por la plaza. Los recorridos son gratuitos o al menos que quieras hacer una prueba de sus 5 variantes de whiskey, pero como nosotros íbamos en moto, decidimos solo ver todas las instalaciones y escuchar una buena explicación del proceso de su elaboración y al final aprovechar para comprar algunos souvenirs, ya que este año se cumplen 150 años de la creación de Jack Daniels.

Ya casi por salir del lugar, cayó un diluvio, pero con las ventajas de llevar al guía Ioram Abolnik, quien conocía las condiciones climáticas, esperamos solo unos minutos para tomar nuestras motos y salir sin mojarnos.

 

Ese día, avanzamos 200 kilómetros para llegar a Chattanooga, comer en un clásico PUB de la ciudad y despedirnos del estado de Tennessee para entrar al Norte de Carolina. La entrada fue por Tellico Plains hasta Robbinsville, 82 kilómetros denominados el CHAROHALA SKYWAY, uno de los recorridos que uno no puede dejar de hacer! Antes de llegar a Robbinsville nos detuvimos en un mirador, ya que la naturaleza nos regaló un enorme atardecer que nos dejó a todos boquiabiertos. Retomamos el camino con mucha precaución por toda la fauna que vive en el lugar, a varios se nos atravesaron animales como mapaches, jabalíes, venados y algunas aves. Al llegar al hotel, nos encontramos nuevamente con la historia que uno deja en estos viajes, un sello más de Discovermoto, la calcomanía de nuestro primer viaje a este lugar. El total de kilómetros recorridos este día habían sido 350.

 

DÍA CUATRO, muy emocionados nos despertamos y bajamos puntualmente para tomar las motos y hacer nuestro punto de atracción más importante del viaje , recorrer el famoso tramo de nombre “TAIL OF THE DRAGON” que son 318 curvas en 18 kilómetros, con un pavimento perfecto donde ni una sola hoja hay. Estas curvas están muy bien trazadas y peraltadas entre bosques y subidas con vista a unos hermosos lagos, son únicas del lugar. Cabe mencionar que este es el lugar que todos los motociclistas de Estados Unidos visitan y solo está abierto de abril a octubre. En el camino hay 5 compañías diferentes que se dedican a captar en foto el momento en que uno pasa y las fotografías se pueden comprar en sus portales desde los 7 dólares en adelante.

Al llegar al otro extremo de la ruta 129 de la cola del Dragón nos detuvimos para hacer algunas compras en las diversas tiendas que uno encuentra en el camino. Pasamos a un lugar que merece respeto, me refiero al “Árbol de la Vergüenza”, un árbol que representa la caída de alguien durante su paso por la Cola del Dragón, ahí se cuelga algo de la moto como símbolo de su vergüenza. La hora de la comida nos alcanzó y fuimos al paraje de TOPOCO en donde nos deleitamos con una muy rica comida a la orilla del río y admiramos todas las motos que pasaban sobre la carretera 129. Al terminar, ya para ir al hotel, nos regresamos por la carretera 28, mejor conocida como la “HELL BENDER” , otro camino lleno de más curvas y más bosque. Al llegar, descansamos para tomar energías y continuar este hermoso viaje.

La Cola del Dragón es una de las 20 rutas que uno puede tomar en la zona y ésta es la más conocida de todas por su dificultad y sus inigualables vistas. Hoy solo hicimos 100 kilómetros.

 

DÍA CINCO, después de tomar un desayuno ligero en el hotel, dejamos La Cola del Dragón y avanzamos 200 kilómetros al sur para llegar al estado de Georgia donde muchas granjas de manzanas nos dieron la bienvenida, sin embargo, nos detuvimos hasta la capital, Atlanta. Ahí estacionamos las motos y entramos al museo de la Coca-Cola donde nos dieron un recorrido por el lugar por la cantidad de 18 dólares por persona. La parte más entretenida es un salón en donde uno puede degustar más de 100 sabores de todo el mundo de la compañía Coca-Cola, había unos sabores buenos pero con los sabores malos hicimos bromas, nos acercábamos a las personas del grupo para invitarlos a probarlas diciéndoles que tenían un gran sabor y verles sus caras de desagrado era muy cómico, que por cierto, una de las peores fue de Italia.

 

Tomamos las motos y 100 kilómetros después nos detuvimos para comer en una de las cadenas de restaurantes de nombre Cracker Barrel, donde uno puede encontrar comida tipo “casera”, con un toque campirano y sillas mecedoras a su entrada. Al terminar de comer hicimos otros 100 kilómetros más para entrar al estado de Alabama y descansar en nuestro hotel. Algunos salimos a hacer lagunas compras en la tienda de Bass Pro Shop´s y después tomarnos unas cervezas en un bar a escasos metros del hotel.

 

DÍA SEIS, esta vez el desayuno fue libre pero nos reunimos en el hotel para ir juntos a un lugar ÚNICO en el mundo de nombre BARBER VINTAGE Motosport Museum, que como bien lo dice su nombre, es un museo de más de 5 pisos y que contiene más de 1000 motos de todas partes del mundo y de todas sus épocas. La historia cuenta que el dueño las coleccionaba pero le generaban altos impuestos, ya que en ese Estado es obligatorio por cada motocicleta, por lo que decidió hacer un museo y así evitarse esa ley.

Para nosotros los motociclistas es un “MUST” visitarlo y dedicar tiempo a ver todas las joyas que hay en el lugar. Nos dimos cuenta que están haciendo un nuevo edificio al costado, el cual se pretende inaugurar en Octubre de este año y que promete tener más motocicletas y otras cosas más. Al terminar, iniciamos nuestro recorrido de 400 kilómetros y durante el mismo nos topamos con un accidente por el cual cerraron la carretera, pero gracias a que nuestro guía Ioram Abolnik conocía diversos caminos, nos dimos vuelta y tomamos una ruta alterna para poder llegar un poco más adelante a comer algo y refrescarnos por el sofocante calor. Al salir del restaurante en donde nos encontrábamos, nos cayó una tormenta muy grande, por lo que retomamos el camino con mucho cuidado, entrando así, al estado de Mississippi. 250 kilómetros más, y ya estábamos cruzando el puente que conduce al Estado de Louisiana, donde tuvimos la fortuna de ver un precioso atardecer y llegar a nuestro destino, Nueva Orleans.

Dejamos las cosas en el hotel, nos dimos un baño rápido y corrimos al centro para caminar sobre la calle Bourbon, en el barrio francés. La fiesta estaba a tope! Mucha gente, mucho rock y mucho blues! Algunos cenaron y otros disfrutamos la noche escuchando jazz en vivo con una cerveza en mano.

Este día habíamos recorrido 650 kilómetros en total, merecíamos una noche de relax!

 

DÍA SIETE, fue el día más complicado, ya que aquí terminaba esta gran travesía. Salimos por la mañana y desayunamos en lugares diferentes para tomar camino al oeste con destino, algunos hacia Houston y otros a Laredo. La mañana nos recibió con lluvia, pero nada que nos detuviera, porque cuando uno es motociclista, uno se moja y con el viento se va secando para llegar con bien al destino.

Pasamos por casi 50 kilómetros de puentes ubicados sobre los suelos pantanosos de Louisiana y cuando cruzamos al estado de Texas ya el clima era más caluroso y sin lluvia, el sol nos acompañó en todo momento.

Nos despedimos unos de otros con un gran abrazo, ya que en Houston, se quedaban algunos y los otros seguirían diferentes rutas como Laredo, Tecate, Tamaulipas y Monterrey.

Así terminamos este gran viaje! Todos regresamos con bien a nuestros hogares y con una gran sonrisa. Con más historias que contar y sobretodo con más kilómetros en nuestro rodar.

 

Agradecemos a todos los participantes de este gran viaje. Nos divertimos mucho y pasamos un magnífico tiempo juntos. También muchas gracias a todos los que nos siguen en estas aventuras de Discovermoto. Nos vemos en nuestros próximos viajes.

 

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