San Andrés Buenavista

Salida a San Andrés Buenavista.

 

Un domingo de julio por la mañana, arribamos al punto de reunión. Las nubes seguían estorbando al sol con certeza de lluvia, pero eso no nos detuvo e iniciamos la junta de pilotos en la cual se dieron instrucciones de cómo y a dónde dirigirnos y al terminar tomamos nuestros corceles de acero. Éramos más de 20 motocicletas, varios con parejas, los que emprendimos el recorrido.

Salimos por la carretera #136 hacia Texcoco y tomamos una desviación señalada para evitar el paso por el centro. Poco a poco la población fue desapareciendo y el camino se puso mejor. Al entrar al Estado de Tlaxcala el pavimento se convirtió en un verdadera lija, lo que te da un buen agarre en las llantas junto con unos buenos trazos, las nubes desaparecieron y el cielo se pintó de un azul intenso; después de algunos topes llegamos a Calpulalpan, la cabecera municipal.

A tan solo 4 kilómetros dimos vuelta a la izquierda para tomar un camino sin número lleno de vastos campos verdes donde se podía admirar el horizonte.

Llegamos así,  a una Hacienda pulquera abandonada de nombre “Zoquiapan”, en donde casualmente estaban los dueños y nos autorizaron el ingreso.

Después de explorar y fotografiarnos en el lugar, tomamos camino y pasamos un par de estaciones abandonadas de ferrocarriles en el poblado de Benito Juárez. Dimos vuelta nuevamente a la izquierda al pasar el pequeño poblado de Ignacio Zaragoza para meternos a un camino de terracería compactada con grandes extensiones de siembras a nuestros costados. Así fue como llegamos a San Andrés Buenavista (En google esta como José María Morelos Buenavista), un pequeño poblado en el cual toda su economía gira alrededor de su iglesia, que es una replica de una de las carabelas que llegaron a América. Su Timón, anclas, sogas y otros artículos son originales de varios barcos de Veracruz que se donaron para la edificación de este coloso. Fue construida en 1984

Antes de hacer el recorrido desayunamos en el único restaurante que está frente a la iglesia, unos ricos tacos de barbacoa acompañados por la típica bebida de Tlaxcala, el Pulque.

Al terminar nuestros alimentos ya nos estaba esperando nuestro guía, quien nos relató parte de la historia del lugar y nos hizo subir por la torre que es la que resguarda las campanas. Subimos 6 pisos por escalinatas complicadas, pero los últimos son muy riesgosos por sus escalones de madera y algunos peldaños ya en malas condiciones, sin embargo, la recompensa para las personas que subimos fue una vista espectacular de todo el pueblo.

En los alrededores del pueblo todos los campos verdes que se unieron con el cielo azul que nos acompaño en todo momento.

Al concluir la visita tomamos nuestras motocicletas y nos regresamos a la ciudad de México, no sin un inconveniente que tuvimos y fue nada más ni nada menos que un perro suicida que salió de un agujero de la barda de contención izquierda y se dirigió directamente a hacia una persona que rodaba por primera vez en carretera. El siguió uno de los consejos que se dan en los cursos de Discovermoto “SUM School Urban Motorcycle” que es acelerar. Con esto el can salió a unos de los lados después de pegar con la llanta delantera del piloto. Afortunadamente el piloto salió perfecto y el perro tuvo oportunidad de salir del camino después de unos giros.

Así fue como salieron las cosas en este viaje fantástico a este lugar ÚNICO que tiene México.

Gracias a todos por acompañarnos y seguir estas aventuras.

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